Después de haber reservado el alojamiento con tres meses de antelación y haciendo caso de las fotos publicadas en el anuncio, llegamos a la casa con mucha ilusión, no tardó ni un minuto en desaparecer. La ubicación del alojamiento está perdida y aún con gps es difícil de encontrar. En las fotos parece una gran casa con un gran jardín muy bien cuidado, todo lo contrario. El acceso a la casa es a través de una puerta medio rota que prácticamente no se puede abrir, para entrar las maletas te las ves y te la deseas. Para acceder a la casa el propietario te hace indicado que las llaves están bajo una maceta escondidas que tienes que buscar, no me parece la mejor manera de recibir a unos huéspedes, que menos que haya alguien para recibirte. La casa ya te lo anuncian es del 1700, pero que menos que una miserable lavadora, dispone de un hornillo de camping en la cocina y un lavavajillas que caben cuatro platos. El mobiliario no puede ser más viejo. El cuarto de baño tiene una bañera de mármol incrustada en el suelo que si eres atrevido y decides usarla lo más seguro es que te caigas al entrar o salir. La pila para lavarte las manos si la usas que sepas que va a rebosar agua por una trampilla que hay en el suelo formándose un charco en el suelo. En el interior de la vivienda puedes encontrar todo tipo de bichos, arañas, con sus correspondientes telas en el techo, cucarachas, gusanos. En todas las habitaciones hay unas ventanas en techo, no sé el tiempo que llevarían sin limpiarse pero os aseguro que bastante. El precioso jardin que aparecen las fotografías no se corresponde en nada con la realidad, estaba totalmente descuidado, montones de maleza por cada rincón del jardín, amacas a punto de romperse la tela, una tumbona sujeta dos arboles que no podía estar más sucia y un montón de trastos por el medio sin ningún sentido. A pesar de todo lo descrito anteriormente lo que nos obligó a abandonar el alojamiento dos días antes de lo previsto fue que al levantarnos un día encontramos dos ratas en la cocina campando a su anchas. Enseguida se lo comunique al propietario indicándole que queríamos abandonar la vivienda después de la desagradable experiencia, en ese momento me dijo que lo sentía mucho y que no quería problemas que lo arreglaríamos compensándome la parte proporcional de los días no disfrutados. Transcurrido un mes obtuve su respuesta no me iba a devolver nada ya que en anuncio indica que pueden haber roedores, se ve que no sabe qué existen medidas.